Los factores de riesgo pueden ser de tipo individual, grupal y social. La combinación de estos puede provocar el desarrollo de la enfermedad y contribuir a su mantenimiento.

Factores individuales

Predisposición genética

El riesgo de padecer un TCA es mayor si se compara con el resto de la población general si existe el antecedente de un familiar con un TCA. (sin embargo, a pesar de que existe una vulnerabilidad genética para el desarrollo de un TCA no es un factor determinante, ya que los TCA son una enfermedad multicausal). Este factor combinado con otros de tipo ambiental y social, puede aumentar la probabilidad de padecer un TCA.

Rasgos psicológicos

Ciertos rasgos de personalidad como un excesivo perfeccionismo, un alto grado de autoexigencia, el ser muy estricto con uno mismo y normativo, la necesidad de controlar todo y ser poco flexible están muy relacionados con la aparición de un TCA.

Baja autoestima

Tener una baja autoestima, además de rasgos de personalidad con tendencia a la introversión, y la inseguridad hacia uno mismo incrementan la probabilidad de desarrollar TCA. En las personas con riesgo de tener TCA, la autoestima está muy vinculada a la imagen corporal.

Adolescencia

La adolescencia es la etapa vital en la que existe un mayor riesgo de desarrollar un TCA. El diagnóstico de TCA puede darse en cualquier edad, pero en la mayoría de casos la enfermedad aparece durante la adolescencia.

Sexo femenino

De cada 10 casos de TCA, 9 son mujeres y 1 es un hombre, por lo que ser mujer implica mayor riesgo de padecer un TCA.

Obesidad

Se ha considerado la obesidad en la infancia y la adolescencia como un factor de riesgo para desarrollar un TCA.

Factores familiares

Ambiente familiar desestructurado o sobreprotector

Las familias en las que no existe una estructura estable y segura, o por el contrario, aquellas en las que la comunicación y la dinámica familiar es excesivamente rígida, controladora y exigente pueden influir en el desarrollo de un TCA, sobre todo en personas con mayor vulnerabilidad individual.

Educación familiar

Aquellas familias en las que no se potencia la asertividad y la autoestima favorecen la aparición de dificultades personales que pueden conducir a un TCA. Así mismo, las familias que dan mucha importancia a la delgadez y al aspecto físico como medio para obtener éxito social se convierten en transmisoras de estos valores que inducen a buscar el ideal de belleza y delgadez.

Factores sociales

Modelo de belleza imperante

Nuestra cultura promueve estereotipos y valores en los que se premia el aspecto físico por encima de otros valores.

Presión social respecto a la imagen

El ideal estético de belleza es difícil de conseguir para la mayoría de chicas y mujeres. Los medios de comunicación favorecen esta presión social asociando de manera reiterada la delgadez con el éxito personal y el rechazo y marginación de quien no cumple este canon de belleza.

Determinados deportes o profesiones

Algunos deportes de competición, en los que la imagen física es indispensable para conseguir triunfar en este deporte pueden favorecer la aparición de TCA. También son grupo de riesgo todas aquellas personas relacionadas con el mundo de la moda, espectáculo y/o televisión/cine, ya que en estas profesiones a menudo se ejerce cierta presión en cuanto a tener una determinada imagen.

Experiencias anteriores

Las personas, especialmente en el caso de niños y adolescentes, que han recibido críticas y burlas relacionadas con su apariencia física o han sido víctimas de Bulling y que debido a esto se han sentido inseguras con su imagen pueden presentar mayor tendencia a desarrollar un TCA posteriormente.

Situaciones vitales que generen estrés

De la misma manera que para otros trastornos psiquiátricos, problemas de la vida asociados a un incremento del estrés pueden ser factores de riesgo para desarrollar un TCA.

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